jueves, 1 de noviembre de 2007

basiliatum est

El domingo renté una película que se llama Basil, Basil es un joven aristócrata que luego de reprimir experimentación amorosa toda su adolescencia, en la primera oportunidad confunde amor con ganas de hacer pipí, igual que todos, pero metió la pata hasta el altar y con una que para nada estaba confundida como él... Mi punto no es el amor de Basil, sino una escena subalterna (diré subalterna en mi alzheimer-ignorancia, ustedes disculpen) en que Basil apasionado ve la incapacidad de su amiga, Clarita, para comprender y compartir la chispa del momento, Basil revolotea a su alrededor como si le costara caminar al ritmo de Clarita y ella termina por condenarlo: "algún día disfrutarás de los momentos tranquilos". Aquí es donde no sé por dónde seguir y tendré que adoptar cualquiera de mis opciones, arriesgándome a que no sea la más sabia (guara, guara, guara): he estado pensando que tal vez mi cerebro no ha reconocido adicción a una sustancia en sí, sino al estado de algunas fiestas o algunos momentos de mucha tensión o mucha felicidad, tal vez la dopamina. El resultado es que no me siento cómoda con la tranquilidad. Pero tampoco sería muy cómodo ensayar vida de diva cuando apenas me alcanza para una botella de mi bebida favorita que además tengo qué repartir entre los otros alcohólicos sin los cuales no habría ritual completo y no habría dopamina, cuando realmente no tengo un trabajo apasionante y la única esperanza de producir dopamina por aquí es... inexistente. Adicción a la dopamina plus cafeína: mar de confusión y venganza contra las masas en un blog, jojojojo

Mi no recuerda cómo sube vídio al blog, mí te escribe l´indirizzo: http://www.youtube.com/watch?v=mobUJVX3UCQ

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Brilliant, Paula. Qué diferencia. A veces la comparaciones son inevitables. Me pareció ésta la ocasión idónea. Perdón. Gracias

limbocolectivo dijo...

en mi muy humilde opinón te suguiero para que tu dotación de dopamina se triplique cuando bebas hazlo en patines y en lugares donde haya bajaditas (no de ánimo,de preferencia) además te puedes amarrar algunos cascabaeles para que así los perros de las calles te persigan y sientas la vibra.
Borrachita en patines perseguida por canes, wow que cuadro tan dopaminico.

limbocolectivo dijo...

so?